La hija de la bailarina rusa es mucho más que una marca de ilustración. En realidad es un proyecto que nace gracias al tesón de una abuela que vive en una granja destartalada de Rusia. Una abuela que pasa las noches en vela tejiendo aletas y zurciendo los rotos de los sueños para que sus tres nietas Vova, Alllochka y Klava puedan volar a través de la imaginación, el legado más importante que les deja. Vova, la más pequeña descubre que es a través del dibujo como consigue volar más alto. Dibuja, dibuja y dibuja y así es como se convierte en la ilustradora de La hija de la bailarina rusa.
Todas las colecciones están basadas en las acuarelas que reflejan la infancia rusa de Pezlotroska. Se trata de un homenaje a la abuela Nicolaschka y a los olores y colores que formaban parte de aquel universo mágico y romántico. Un universo que podemos descubrir a través de las pequeñas historias rusas que Vova nos narra y en las que aparecen personajes y lugares que forman parte de aquel mundo lejano y querido.
Detrás de Vova Pezlotroska está Victoria Castro, su otro yo, una periodista coruñesa que dejó todo para volar con este proyecto que va creciendo poco a poco y que ya cuenta con puntos de venta en Galicia, Euskadi y Francia. Pero junto a Victoria, hay muchas personas que durante estos años han creído en su sueño y la han apoyado en esta aventura. Sin ellos, sus alas no la habrían llevado tan lejos…
Todos los productos de La hija de la bailarina rusa están elaborados de manera artesanal. Cada material, cada color, cada papel está elegido con el mayor mimo…porque es así como se deben de cuidar todos los sueños.